Esta situación se da sobre todo en personas que viven solas y que han reducido sus actividades sociales o de ocio. Son personas que no practicaban actividad física con asiduidad que con la pandemia la han reducido aún más. Las personas que viven en residencias geriátricas, aunque han visto restringidas las actividades de ocio como salidas, sin embargo han podido seguir en alguna medida con sus programas de fisioterapia, ejercicios y rehabilitación.
El Servicio de Geriatría del Hospital Perpetuo Socorro lleva a cabo un programa de ejercicio físico desde febrero de 2016, destinado a prevenir las consecuencias de la fragilidad, mejorar la funcionalidad y, como consecuencia, reducir las caídas entre los mayores. Este programa quedó en suspendo con la pandemia y se retoma esta semana con 20 pacientes.
Más de 300 personas mayores de 65 años y con problemas de fragilidad se han beneficiado de este programa. Durante cuatro meses, dos días a la semana, se trabaja la fuerza, el equilibrio, la velocidad, agilidad, flexibilidad y resistencia con ejercicios monitorizados y supervisados en todo momento. Se seguirá un protocolo de no más de tres personas por grupo para prevenir contagios.
El éxito de programa se traduce en que la media de caídas entre las personas que acceden al programa pasa de tres a cero el último año, además de mejorar la calidad de vida de manera evidente tanto a nivel físico como aumento de la fuerza y la resistencia, como a nivel cognitivo y social.
Las personas acceden al programa a través de la consulta de caídas del Servicio de Geriatría.