Las personas mayores usuarias de centros de día han sido privadas de sus actividades, fundamentales para su salud física y mental, durante la pandemia. Para muchas, es la única opción para recibir fisioterapia, hacer gimnasia o practicar ejercicios mantener destrezas o combatir el deterioro cognitivo. Los centros, además, no son solo centros terapéuticos, también cumplen una función socializadora que es imprescindible para los mayores que se han visto privados de contactos con personas ajenas a su entorno más íntimo durante meses.
Tras más de un año, la reanudación de la actividad se aborda con entusiasmo por parte de todos, aunque está por ver qué consecuencias ha tenido en las personas el cierre durante tanto tiempo. El encierro en los domicilio y luego la limitación de movimientos acarrea un deterioro rápido en la salud mental y en las capacidades físicas.
Ahora, en los centros reabiertos, se reanuda la fisioterapia, la gimnasia de mantenimiento, la estimulación cognitiva, los talleres e incluso la peluquería, que es un elemento emocional muy importante en la autoestima.
La vuelta a la normalidad es posible gracias a la administración de la vacuna. Con todos los usuarios y el personal vacunados, los centros son seguros. Aún así, se siguen manteniendo las medidas de ventilación, la higiene y el uso de la mascarilla.