Estas completas jornadas contaron con ponentes expertos que abordaron temas cruciales en la atención en las personas que sufren las consecuencias de una enfermedad devastadora y prolongada en el tiempo.
Lo objetivos concretos de las ponencias fueron: conocer signos de deterioro cognitivo y cómo actuar por parte de profesionales; concienciar a la sociedad de la importancia de un cuidado centrado en la persona para dignificar la vida de personas mayores en el fin de su vida; conocer la importancia de cuidarse como familiar y como profesional, para realizar nuestra tarea de forma efectiva, y conocer terapias no farmacológicas para evitar el progresivo deterioro en personas con alzhéimer y otras demencias.
También fue un encuentro de profesionales, tanto de los que prestan ayuda a domicilio como de los que trabajan en residencias geriátricas o centros específicos, para poder compartir nuestra forma de trabajar, intercambiar información, compartir experiencias de actividades, actitudes más efectivas en el tratamiento de estas personas.
Las jornadas se iniciaron con María Guallart, psicóloga y psicopedagoga, que dio pautas de manejo de alteraciones cognitivas y conductuales en pacientes con daño cerebral adquirido y alzhéimer. Otras actividades fueron el taller de arte-terapia «Ponerse en la piel», a cargo de Ana Moreno, psicóloga-psicoterapeuta, y Consuelo Bartolomé, nutricionista y psicoterapeuta y ponencias sobre el autocuidado de los cuidadores, la terapia asistida con perros, la ponencia de la psicóloga Esther Sierra «Entender la demencia», la de Esther Carmona «Recursos creativos para una atención integral», la de Raquel Castán, terapeuta ocupacional, «Integración sensorial y personas mayores» y Sol Martínez con «Humanizar la asistencia. El paisaje como terapia».