En un lugar tan lejano como Australia, un proyecto llamado
Dementia Enabling Environment Project (DEEP) proporciona consejos prácticos, guías y recursos para ayudar a que los lugares donde viven personas con demencia sean lo más propicios posibles.
1. Hay que minimizar los riesgos de forma discreta
Las personas con Alzheimer o demencia requieren de un ambiente sano, seguro y fácil de navegar, tanto interno como externo, para poder mantener sus capacidades por más tiempo. Sin embargo, si las diferentes medidas de seguridad utilizadas son muy obvias pueden generar frustración, agitación y enojo, así que deben ser implementadas con discreción, para que la persona no se de cuenta que lo están protegiendo de algo y no lo perciba negativamente.
2. Dimensiones adecuadas
Las dimensiones de un edificio tienen efectos en el comportamiento y los sentimientos de una persona con Alzheimer o demencia. Cómo experimenta las dimensiones de un espacio está determinado por tres factores: el número de gente que esa persona vea, el tamaño general del espacio y el tamaño de los componentes del espacio, como las puertas, cuartos y corredores. Una persona no debe sentirse intimidada por las dimensiones de las cosas que lo rodean, o enfrentarse a una cantidad de cosas con las que interactuar o qué elegir. Por el contrario, las dimensiones deben ayudarle a esa persona a sentirse en control de la situación y del lugar.
3. Permitir a la persona "ver y ser vista"
Proporcionar un ambiente fácil de entender ayudará a disminuir la confusión. Es particularmente importante para una persona con Alzheimer o demencia reconocer el lugar donde se encuentran, de que lugar vienen y qué encontrarán más adelante si deciden ir en una u otra dirección. Cuando lugares como la sala de estar, el comedor, su cuarto, la cocina o el patio están más visibles, es más fácil para ellos tomar una decisión y encontrar el camino hacia donde quieren ir. Edificaciones que proporcionan estas oportunidades contienen lo que se llama un buen acceso visual. El buen acceso visual facilita la participación y la interacción, y le da a la persona con Alzheimer o demencia la confianza para explorar su propio entorno. De igual manera, le permite a los cuidadores verlos y estar pendientes de ellos, reduciendo así la ansiedad de todos los integrantes de la casa.
4. Reducir estimulación innecesaria
El Alzheimer y otros tipos de demencia disminuyen la capacidad de filtrar la estimulación y de poner atención sólo a las cosas importantes. Por esta razón, las personas con Alzheimer o demencia pueden sentir mucho stress por tanta estimulación. El entorno debe ser diseñado para disminuir la exposición a esos estímulos que no traigan ningún beneficio. Debe considerarse los cinco sentidos. Por ejemplo, mucha estimulación visual puede ser tan estresante como mucha estimulación auditiva.
5. Optimizar la estimulación positiva
Permitirle a la persona con Alzheimer o demencia ver, escuchar y oler cosas que le ayuden a ubicarse en su entorno, que le den pistas del lugar donde se encuentra y de las cosas que pueden hacer allí, para minimizar la confusión y la incertidumbre. Hay que considerar no dar muchas pistas sobre la misma cosa, evitar ser redundante. Igualmente, hay que reconocer que lo que puede ser importante para una persona puede no serlo para otra. Por ejemplo, una persona puede que reconozca su habitación por la vista de su ventana, por los muebles, por el color de las paredes, por la iluminación o por el cubre cama. Estas pistas sensoriales deben estar diseñadas especialmente para que no se conviertan en estimulación innecesaria.
6. Apoyar el movimiento y la participación
El vagabundeo o moverse sin rumbo ni propósito aparente, puede ser minimizado al definir de una manera evidente los caminos y vías dentro de los espacios. Estos deben estar libres de obstáculos y de complejos cruces que dificultan las decisiones. Deben también guiar a las personas a través de puntos de interés brindando oportunidades para participar de actividades e interactuar con los demás. Estos caminos deben estar presentes tanto adentro de la casa como afuera, proporcionando oportunidades y motivos para salir cuando el clima lo permita.
7. Crear un espacio reconocible y familiar
Las personas con Alzheimer o demencia son más capaces de disfrutar espacios y objetos cuando éstos son familiares para ellos, y los remontan a tiempos pasados. El ambiente debe brindarles la oportunidad de mantener su independencia a través de diseños y construcciones familiares, tanto internos como externos. Esto incluye muebles, detalles y colores. Para lograr esto debe haber un profundo conocimiento de la historia de la persona y de su pasado. Es indispensable involucrar a la persona con Alzheimer o demencia en el diseño de estos espacios y objetos para que lo que se diseñe cumpla con este principio.
8. Proporcionar oportunidades para "estar solo" y "estar acompañado"
Las personas con Alzheimer o demencia necesitan poder elegir si desean estar solos o pasar tiempo acompañados. Esto requiere la provisión de una variedad de espacios, algunos para la conversación reservada entre dos o tres personas y otros para grupos más grandes, al igual que espacios donde puedan estar a solas. Estos espacios internos y externos deben tener también diferentes propósitos claros, tales cómo leer un libro, mirar por la ventana o conversar, para así darle la pista a la persona con Alzheimer o demencia sobre la actividad que puede hacer allí y estimular diferentes reacciones y emociones.
9. Proporcionar participación con la comunidad
Si a una persona con Alzheimer o demencia no se le recuerda continuamente quien es, puede perder su sentido de identidad fácilmente. Para ayudar a mantener esa identidad es indispensable la interacción frecuente con familiares y amigos. Si la persona vive en una institución, esto se facilita si está ubicada cerca de su comunidad, ya que amigos y familiares pueden ir a visitarlos con mayor facilidad. El ambiente debe incluir espacios para el uso de la persona y sus visitantes dentro de la misma edificación o a sus alrededores cercanos. Estos espacios deben ser atractivos y cómodos para motivar a los visitantes a pasar el tiempo allí. Aún hay muchos estigmas alrededor del Alzheimer y la demencia por lo que estos espacios deben armonizar con el resto de espacios para que no se perciba como un espacio "especial”. Este espacio debe estar integrado a otro espacio mayor de uso común para personas sanas y personas con Alzheimer o demencia. De igual manera, debe tener un fácil acceso para que las personas con Alzheimer o demencia y sus visitantes puedan interactuar con otras personas que vivan allí.
10. Responder a la visión de estilo de vida
El ambiente debe ayudar a la persona con Alzheimer o demencia a llevar una vida significativa y valiosa para ellos. La elección de estilo de vida, o filosofía de cuidado varía de una institución a otra. Algunas eligen concentrarse en la participación de las tareas cotidianas del diario vivir y en tener una cocina completamente funcional. Otras se concentran en ideas de servicio completo y recreación, y otras se basan en un estilo de vida saludable y quizás la reflexión espiritual. La manera de vivir que ofrecen necesita estar claramente visible y la edificación debe estar diseñada para apoyarla y hacerla evidente a los residentes y empleados. La edificación se convierte en la personificación de su filosofía, y en un recordatorio permanente de los valores y prácticas requeridas, dándoles las herramientas necesarias para hacer un buen trabajo.
Referencias
1. Fleming R, Bowles J. Units for the confused and disturbed elderly: Development, Design, Programming and Evaluation. Australian Journal on Ageing. 1987 November;6(4):25-8.
2. Fleming R, Forbes I, Bennett K. Adapting the ward for people with dementia. Sydney: NSW Department of Health; 2003.